: Agument, Ateneo y Luca.


Nombre*:Alberto Bezoga
Género*:Microrrelato
Título*:Agument, Ateneo y Luca.
Cuento:
23 de Abril de 197

Dos amigos conversan en la plaza Aflotoktonía. Una
plaza de Corinto, en Corintia. Peloponeso, Grecia.

---De repente, un día, dejé de caer.--- Añadió Ateneo.
---Iríamos casi la mayoría.--- dijo Egument.
---¿A ver, donde he caído?.--- preguntó Ateneo.
---Es lo único que podríamos hacer, o ... --- no respondió
Egument. Pensaba en "Iríamos casi la mayoría"
---Apurarlos, no creo.--- replicó Ateneo.
---En pintar, un cuadro, en mi familia.--- Egument miraba
el tilo.
---¿Que has pensado?.--- En la plaza Ateneo como
otras veces esa misma tarde bosquejaba en un bloc.
---En que deberías regresar, quemar todo lo hay en mi
cuarto.--- Displicente Egument escupió hacia la fuente.
---Es tan frío el suelo que uno empieza a
pisar.--- Dijo Ateneo, quien dejó sus sandalias debajo
de la sombra de la luna del tilo.

Es el momento que Egument y Ateneo han elegido para
que Luca se suicide. La noche del Día de San Jorge en las
escaleras de la plaza Aflotoktonía, pero todo es tan oscuro
en las escaleras. Tan ásperas las escaleras. Luca se ha
caído, le duele tanto. Llora, ha recordado como lloraba de
niño, se ha roto un brazo.



24 de Abril de 1978.

A la mañana siguiente tumbado a la bartola en la hamaca.
Luca fuma un cigarrillo en la terraza del piso 15 del Hotel
Du Bunt. Observa las mecedoras junto al telégrafo cubierto
por un tapete. Observa las margaritas, sus hojas festoneadas,
sus corolas blancas. No hay pájaros en la ventana. Luca termina
de una bocanada de fumar el cigarrillo, y se sienta frente a su
maquinilla a continuar escribiendo su novela:

"Maldiciendo sus dicotomías Grand Fil se cambia de
camisa, se dirige al baño enjuagándose la boca,
describiendo el ruido de su estómago; (y si la depredación
de ese manual efímero se debe a que el cansancio divulga
la excusa, Jhon Hind Terril tendrá que asumir su rol cuando
llegue al café y se encuentre con Don Caloyero) la premonición,
(vendrán por mi Vinia, estoy seguro que vendrán por mi)
es entonces, el fin, el inicio, el inicio, el fin, la relevancia;
ese sonido, son ellos, ese golpe que escuchamos que se ejecuta
sobre la mesa, (Vinia, dime Vinia, tendrás que esperarme en el
sótano yo los sorprenderé en el dormitorio y usaré mi revolver)
sobre el frigorífico, esos pasos, en la madrugada, cuando no
podemos dormir. Maldiciendo las ramas de los árboles en la
tarde cuando consigue la leña, dicotomía en cada rama.
Maldiciendo el interrogatorio en Gereinds, Grand Fil se acomoda
la corbata, se acomoda las agujetas, se acerca Vinia le dice
que en Brooklyn todo está bien. Sigue enjuagándose la boca,
Grand Fil arroja la cocacola en el cubo de la basura, Vinia le
da un beso, insiste en que no se preocupe por el documento,
por ese que en su estómago se revuelve con los ciempiés,
lo coge de la mano. Grand Fil y Vinia logran sentarse cerca
de un café dos horas después de salir del Casino..."

Han exigido hospedarse en el Hotel Du Bunt desde hace
cuatro años, Egument, Ateneo y Luca. Encuentran maquinillas
en los cuartos de baño, Adler-Royal, Smith-Corona, Olivetti,
encuentran carpetas en sus escritorios cuando preparan la
cinta entintada, muchísimas hojas amarillas, un Director de un
Periódico espera la historia, mejor aún, tiene la historia por un
contrato, irá en páginas centrales. Trabajan en la historia los
tres que trata el caso de Viablebout Dert.

---Apesta a plomo.--- Carraspeó Ateneo. En el piso 10.
---¡El preámbulo! --- Gritó Egument impaciente en la cocina.
En el piso 10. Se encuentran en la misma pieza, en la
pieza de Ateneo. Menos Lucas encerrado en el piso 15.
Ateneo conferencia frente al espejo, sus muecas en el rostro,
el empleo de las manos. Enciende la lámpara y empieza a
recitar un poema, apaga las luces del baño --se encuentra
en el cuarto del baño desde la mañana-- y con la lámpara
mientras menciona el nombre de un puerto de oriente coge
una litografía y alumbra el dibujo del grabado.

27 de Abril 1987.

De pronto, empezó a garuar. Luca fuma en la azotea
del hotel Du Bunt, recostado en un canapé. Intrigado
emplea frases persuadiendo su creatividad, ha escrito
525 páginas de su novela, le falta 25 páginas para terminar
su obra y viajaría a Creta a encontrarse con Dida, a
quién no ve desde hace alguna temporada.

De una esquina salió un individuo, camina encorvado;
desplazándose a pasos cortos, perdiéndose entre la luz tenue
del único farol de todo el bulevar. Individuo sombrío
y solitario, camina cogitabundo, con las manos dentro de los
bolsillos de su abrigo. Antes de cruzar la calle, saca de uno
de sus bolsillos del abrigo un minúsculo conjunto de llaves
y desapareció en la sombra de un jirón, el jirón Whuitehl.
Egument en la plaza apoyado al tilo lo señala.

---¿Porque crees que él haya sido?.--- Susurró Ateneo.
---Es un presagio.--- Dijo Egument.
---Lo he visto andar a esta misma hora varias veces. En
media hora pasará de nuevo, dirigiéndose en dirección
contraria.--- Dijo Ateneo.
---Fíjate en el betún de sus zapatos.--- Replicó Egument.
---Brilla.---Dijo Ateneo.






"Madrugada de Insomnio Número 48
En cuestión de la estación Número 11, existe una creencia en
la comedia.

Grand Fil en un cuarto de un edificio de la Avenida Greend Tuire
oye el ensayo del canto del gallo, el canto del gallo; quién de
repente no sabe que hace en su jaula, picotea, o quizá recuerda
que ha estado tendido en el serrín, sobre ese concilio (Grand Fil
oye el canto del gallo, lo imagina rodeado del resto de los gallos
que callan) vertiéndose a lo que ve, a lo que canta, y aparecerá
eso que lo mueve, que lo cambia, cuando sale el sol."

Luca encendió otro cigarrillo, continuó escribiendo:

"O si nadie pudiera dormir, a detenerse el ciclo de la naturaleza,
producir sería un deseo atolondrado, que no culmina su fuerza,
y queda así, pendiente, como una extraña sensación que jugaría
a generar nostalgia, vértigo, falta de fe; como le sucede a nuestro
querido Grand Fil que ha amanecido insomne pensando en que
va a decir ante Don Caloyero, en Sicilia, dentro de unos días.

Todo salió bien en el café, Jhon Hind Terril y su portafolio, y sus
explicaciones, parsimonia cuando explica a Don Caloyero lo
sucedido en brooklyn, maldito. Vinia, tenías razón, preciosa Vinia,..."

Luca se detuvo de escribir, salió del hotel Du Bunt, corrió con dos
botellas de leche, el laberinto de patios de las casas que se ubica
en la parte de atrás del hotel Du Bunt, se dice Luca a si mismo,
dio de alimentar a unos gatos y perros recién nacidos, se sentó
en el porche de una casa indagando con una mujer negra, --quien
le preguntó qué hacía -- quienes habían dejado a estos animales.
Estuvo buen rato y salió en dirección a su hotel a seguir
escribiendo:

"en el subterráneo, gran cantidad de gente, parecen atados para
no separarse, caminando y guiándose, ¿si se les cubre lo que no
podrán soportar?, no convencionales gestionando un embarco,
y en la ventanilla de los boletos se separan. De lo que cayó sobre
ellos, no especifica características Grand Fil a un individuo que le
pregunta la hora. Grandes filas de gente, extensas filas, gente
atenuada, aglomeradas, (haciendo una cola desde temprano,
señorita- fundamenta un anciano a una mujer joven-) y el encargo
de Tony aun inconcluso, (¡Tony!, lo recuerda, ¡recuerda a Tony!, a
Tony del Bronx, sus deudas, como prueba legítima de que Jhon
Hind Terril es la escoria de la ciudad de Chicago, debe decirselo
a Don Caloyero antes de que Jhon Hind Terril parsimonia explique
algo, apenas llegue a Sicilia, Jhon Hind Terril estarás enterrado en
un desierto, yo Grand Fil estaré bien en Broklyn, y Vinia, Vinia.) el
parpadeo de un ojo, aparece Tony como un parpadeo de ojo,
maldición; el aroma a tierra, y la gente, avanzan lento, torpes.

A un costado de esa multitud, sobresale una esfinge; faceta de
verla sorbiendo de un envase. A manera de interludio o propensa
intuición se determina una inclinación por otra, nuestra noción
que nos define, a volcarse con demás ideas, objetos infiltrados,
Mirar la ventana con la esfinge y viajar. Grand Fil a encendido un
cigarrillo, maldice de nuevo sus dicotomías, aquella tarde en que
cortaba las ramas de los arboles y recibió la llamada de Boby Star
informandole de acaecimientos sugerentes --en Brooklyn-- que
importarían a Don Caloyero. Maldice la estación número 11,
maldice tener que presentarse ante Don Caloyero, y esta mujer,
que es una esfinge,¿o que es?, Grand Fil termina desdichado de
fumar su cigarrillo,..."


29 de Abril de 1987. Jueves.
---Luca! --- Gritó Ateneo dando saltos observando el suelo,
deteniéndose en solo pisar las líneas de las baldosas.
---Debe estar ocupado escribiendo su novela..--- Egument se
había pasado toda la mañana bebiendo vino – cortándose con
un bisturí, piernas, brazos- y leyendo obras de Rabelais.
---Luca!.---Volvió a gritar Ateneo.

En el piso 15 del Hotel, desde una ventana, se asomó Luca.
Arrojó un vaso que contenía cognac hacia donde se encontraban
Egument y Ateneo. Luca conoce que Egument y Ateneo lo buscan
porque esperan que se suicide.

---Res non verba.--- Dijo Luca-
---¡No oímos nada!--- Grito Egument. Egument y Ateneo habían
pasado toda la madrugada en una campiña al oeste. Al regresar
se ubicaron en la plaza y dejaron las cosas que habían traído
consigo cerca al tilo.

Una vez en la plaza Ateneo y Luca se sentaron en un banco
cerca al Templete Blutuonet. Cual ocaso de la tarde observaba
de pie Egument quién respiraba el airecillo de la tarde.

.---En las Vegas jugaremos Bacarrá, veintiuno. --- Ateneo
contenía en sus manos píldoras. Ateneo explicó novedades
que el Director del Periódico mencionó – viajaríamos a las
Vegas cuando entreguemos la historia-- cuando se los encontró
en el living del Hotel Du Bunt ayer en la noche.

Egument se acercó a Luca. Se alejó de Luca, observó el tilo a
distancia, sonreía.
---Terminaré la novela el viernes. Ahora digan.-- Dijo Luca
---Las escaleras a oscuras Luca.--- Murmuró Ateneo -
---Pero esta vez usaremos sebo.--- Añadió Egument-

Al anochecer Luca terminó de escribir su novela, y quiso
aventarse de la ventana, desde el piso 15 del Hotel Du Bunt.
Sudaba frio Luca; sudaba degenerado, degenerado cogió el
teléfono y habló con Dida.

---¿Porque no llamaste antes?.--- Dijo Dida.
---Dida, ¿Qué hora es allá?.---
---3 de la mañana.---
---¿Nos veremos en Creta?..---
Luca encendió un cigarrillo.
---Sí cariño, nos veremos,--- Dijo Dida.
---Te llamo el viernes.--- Luca colgó el teléfono.
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